¿Por qué a mi?

La luna me mira callada y triste,

mis ojos no desean ver

esa mirada melancólica

con su ternura dulce

en su encanto  mágico

que me cobija en su alma.

Con su  perfume de flores bañadas,

con el rocío de la noche yo le pido

Qque no me deje de cantar

en la aurora del cielo albo y altanero.

Le pido que susurre mi nombre

olvidado entre los trigales secos.

El viento  desnuda mi alma,

mi cuerpo que aún no podía

atraer hombre alguno.

Tan solo miraba con desesperación

y reía con miedo, escuché el ruido del mar

que rompía las olas para callar mis gritos,

No sabía suplicar, no sabía  de Dios,

no sabía de Ángeles.

Solo sabía ser princesa

de un castillo encantado,

de correr de tras las mariposas,

de mojar mis pies en las aguas puras.

En un día de tormenta

donde los truenos explotaban

en mi cabeza, sentí en mi cuerpo

unas garras hambrientas, impuras

que rodearon mi cuerpo pequeño asustado

y no sabía que me pasaba.

Fue un dolor por largo tiempo

y mi mente fue mi cómplice para borrar todo.

Sabía que me habían arrebatado

a pedazos mi pequeña alma.

Lloré tanto  porque ese día

creció el jardín prohibido  

jamás sembrado.

Ahí quedó moribundo sin vida.

 El silencio y la nada eran cómplices

y no escucharon mis lamentos,

se quedaron mudos presenciando

mi angustia,  mi tristeza.

Como pude me levanté del suelo inmundo,

Ahí quedé por siempre marcada

Quizás cuando muera iré a ver

si han crecido calas blancas y puras.

Camine al lado del silencio

y sin preguntar nada,  el por qué las flores

estaban mustias  y se iban muriendo

lentamente en mis manos.

Sabía que la  luna lo sabía  todo

yo nada sabía, era una pesadilla

y no podía salir de allí;

mis gritos fueron callados,

mis brazos quedaron estáticos;

era tan pequeña e indefensa

no sabía ni del bien ni del mal.

El silencio se apiadó de mí

acompañándome sin decir palabras;

Y mis lágrimas caían en un jardín perdido.

Solo abracé la oscuridad y el silenciSb        

Se durmió conmigo.

Maggie

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