¡Cumpleaños feliz, amiga Andrea!
Con la
celebración
añades uno
más
a los
pocos que tienes todavía.
No te
canses, amiga,
durante el
año nuevo que tú empiezas
de
pronunciar con mimo “tu poema”;
recítalo
mujer,
con el
puro sentir de la ternura:
al astro
de tu luz,
a tu luna
y estrella,
a tu rosa
fragante;
al amor
que mecido va en el aire
y se posa
en las rocas de la mar,
al que es
como un amor de cisne blanco
y
deletrean los trinos de las aves.
Andrea, que venida por herencia
del gran
mar del amor
que tu
padre y tu madre navegaron,
espiga
florecida,
que
brindas tu amistad
a quien
toque a tu puerta,
gracias te
doy catracha
pues para
mí la abriste
apenas mi
toc, toc, con los nudillos.
A las
puertas del cielo, cada día
sigue
llamando tú, (toc, toc de amor),
y vuela a
tus amores, ave errante,
sin las
lágrimas ya,
de miedos
liberada.
Anda como
guerrera a la montaña
y allá
donde el mar besa la arena
para jugar
un rato y abrazar
a “la niña
del agua”.
Lo
seguirás haciendo, amiga mía
y tu alma
se verá fortalecida
con la
esperanza dulce.
Sé que a
menudo tú
te calzas los zapatos
del hombre
que no encuentra su trabajo
y sufre por sus hijos;
Se que a
menudo platicas con papá,
sigues sin
entender y le reprochas
dulcemente
su marcha prematura.
Sé que
desde las nubes de algodón
te
preguntas a veces los “porqués”
y te meces
en un interrogante.
Sé que
escribes el llanto de tu alma
y también
la alegría
en poemas
que nacen de la entraña
porque
alegría y llanto
hermanos
son del verso.
Sé que al
amor invitas a bailar,
que entre
arrullo y murmullos
renace la
esperanza
y esperas
ya sin lágrimas
tejedora
perenne y sin descanso
de sueños
imposibles.
Sé, que Andrea Sofía
dices ser y llamarte,
la
guerrera valiente,
la
piel en las heridas desgarrada
pero
siempre de hierro;
roca donde
el dolor se va estrellando,
menos
cuando es de un niño
que
entonces cristal eres, quebradizo.
Sincera ,
muy leal
y con el
vuelo siempre levantado.
Sé bien
que no son pompas de jabón
ninguno de
los muchos sentimientos
que anidan
en tu pecho.
Por todo
ello, Andrea,
me
acordaré de nuevo
cundo
suenen las doce, fin del año,
y un
abrazo virtual, pero muy grande
y un
estirón de orejas pequeñito
haré que
hasta ti lleguen
con todo mi
cariño.
Félix
Imágen.;https://www.google.es