Jorge es madrileño (gato). “Soy gato, dice, pero lo de chulo…
sólo cuando me da le vena, normalmente soy más bien modesto.”
Se define a sí mismo como
optimista, chiflado, niño en un cuerpo de hombre, valiente, buena persona y con
unos ojos cambiantes que saben ir del color miel al verde claro…
Yo, un día lo definí como un joven simpático, dicharachero,
educado, con valores, locuaz, inquieto, solidario, bien formado, sencillo,
cultivador de la amistad, ingenioso, con gran sentido del humor, fiel,
romántico, poeta…
Hoy, podría añadir más adjetivos y todos serían positivos, pero
prefiero quedarme con aquellos y cargarlos en profundidad para darles todo el
valor que pueda caber en sus respectivad definiciones.
Por vez primero traigo aquí a John. De que es un excelente
poeta, sus escritos dan testimonio. Valga como prueba primera (habrá otras) “Tu
luz entre mis sombras.”
Querido John: sólo diré que me siento orgulloso de tenerte aquí
y de contar con tu amistad.
……
Tu luz entre mis sombras
Atesoro en mi alma los
secretos que tanto anhelas descubrir, bordada en mis venas reside la
bandera que quieres que ondee en tu horizonte, oculta bajo mi piel se halla la
llave de tu felicidad, aquella llave que haría de este plebeyo... un noble.
Y son las caricias que
aún no he dado, las que en infinita cola ansían la suavidad de tu figura, siendo
capaces de engatusar al mismísimo viento y así lograr arribar en las orillas de
tu piel.
Y son los besos que
aún no han salido de mis labios, aquellos que borrarían de tu mente la cordura,
aquellos que traspasarían el telar de lo mundano, dejándote acariciar por un
segundo el cielo con las manos.
Y es mi virtud con las
palabras la que capitanea el iceberg que en este inmenso mar naufraga a la
deriva...
Y son los versos que
aún no he dedicado, los que me amenazan con el suicidio, queriéndose escribir
solos aún sin haberte conocido.
Mi corazón reclama tu
presencia en cada uno de sus latidos, me guía entre las tinieblas de este
sombrío recorrido al que conocemos como vida, en pos de la cálida luz que emana
de tu alma.
Y es la incesante
búsqueda la que mella mi alma a cada uno de sus pasos, el caminar contracorriente
en este viento huracanado, el continuo malvivir al sucumbir en la incertidumbre
de que después de todo este arduo camino, habrá o no un caldero lleno de
monedas de oro bajo el arcoíris.
Mi mente me grita que
estoy equivocado, mas mi corazón se aferra cada vez más fuerte a su esperanza,
y me toca a mi decidir si prefiero estar cuerdo en un mundo de tinieblas o
ser otro loco que sigue corriendo tras el conejo blanco.
Errado o no, continuo
caminando, y aunque en ocasiones mis fuerzas flaquean, porto con orgullo la
bandera utópica del país de la esperanza. Dejando entrever en cada uno de mis
anhelos un pedacito de mi alma.
Penurias, torturas y
calvarios, todos ellos pequeños rasguños si logro encontrar mi santo grial, tu
persona.
Tal vez errados estén
mis métodos, o tal vez lo sean las ubicaciones, mas una cosa tengo por segura,
erraría si me diera por vencido. Pues si uno pierde sus sueños, pierde con
ellos su identidad.
Y son mis labios los
que se mueren por recorrer los delicados trazos de tu figura, los que como
tierra ávida de sed anhelan el rocío de tu mañana.
Y son mis brazos los
que desean acoger la felicidad entre los tuyos.
Y son mis ojos los que
aún se niegan a perder la luz, en este mundo de sombras.
Johnflame
……
A las caricias
no dadas, a los besos no dados y a los versos no escritos, todavía el poeta, náufrago
en el océano amoroso y que bracea contra el oleaje de la locura, añade el
corazón, el alma, la mente, los sueños y la esperanza. Y los labios del poeta
se muestran sedientos de “su” rocío; los brazos, anhelantes de “su” felicidad;
y los ojos, gozosos de “su” luz.