Te traigo hasta
aquí con gozo inmenso. Significas para mí, potenciado a la enésima, todo lo que
la palabra significa. ¡Hermano! No lo explicaré más, porque la palabra es pobre
y el intento desvirtuaría la hermosura y la plenitud. Para nosotros solos este
remanso de agua cristalina. Te quiero y nada añadiré.
ME
GUSTARÍA
Me
gustaría regresar para acariciar lo que ya tuve;
detenerme
para amar lo que no amé.
Llegar
a ser, sin diluirme como azucarillo
y
estar allí de donde nunca debí huir;
para
que tus manos pudieran tocar,
y
no ser reflejo de la nada.
Me
gustaría saber que todavía existes,
escuchar
el murmullo de tu tránsito
como
ola antes de romperse,
y
dejarlo vagar para llenarlo todo.
Percibir
silencio en aureolas,
más
allá del olor a jazmín de tu cuerpo,
y
empapar el mío para alejar los ruidos que me inundan.
Me
gustaría encontrar los ojos
que
se perdieron en el deseo,
manejar la llave que da cuerda a la llama,
manejar la llave que da cuerda a la llama,
Me
gustaría volar y derramarme
en
la tierra por donde tú has pasado,
y
sembrar cada huella con un pedazo de mi carne.
Me
gustaría arrancar la estrella
que
pulula negra en tanta noche oscura,
y
dejarla a tu puerta para inyectarle la luz de tus pupilas.
Me
gustaría traspasar el umbral de mi cuerpo
y
buscar otros con bocas delirantes
que
gritaran tu nombre a los oídos del espacio.
Me
gustaría ser vino escanciado
en
la copa de tu fantasía
para
mojar los labios que palpitan ansiosos de beberme.
Me
gustaría encontrar lo que escribió el destino
con
dedos rojos de carmín
al
pasar por el fuego de la pasión.
Adivinar
lo que musita el viento
al
seguir la estela que dejaron los cuerpos abrasados,
los
poros suspendidos.
Me
gustaría desnudar el alba y llevarla sin peso
para
exhalar sin prisas
el
resplandor que tú le embriagaras.
Encender
ojos apagados
que
se fueron como elefantes
a
la senda del eterno reposo.
Me
gustaría ser banda sinfónica de pájaros,
adentrarme
en la garganta de la nieve,
llenar
de trinos ostinatos cálidos.
Me gustaría
repetir:
te
quiero, te amo, lo siento,
y
no alejarme nunca…
Víctor
……..
Supe
de tu llegada por un jersey azul
y
dos caramelillos,
que
alguien dejo en tus hombros para mí.
-Mira
qué pequeñito, dale un beso-
Llegué
a tu naricilla y a tu frente rosada;
el
contacto fue cálido, dormías.
Te
peinaron con raya, ¿Te imaginas?
de
talco, de colonia y niño nuevo.
Y
supe que eras tú, querido hermano.
Pasaron
muchos años y sigues para mí
siendo
dulce regalo
de
azul y caramelos, de cálido contacto.
Con
raya todavía recién hecha
te
sigo viendo hoy
y
me sigues oliendo a gratísima mezcla
de
talco, de Farala y niño nuevo,
que
se me regaló un veintitrés de marzo
de
un venturoso año del Señor.
Félix