Me complace traer aquí dos poemas de Luci. Luci, en realidad es María Luisa, una gaditana con duende y de corazón grande y generoso. Poetisa de honda sensibilidad.
Luci es muchísimas cosas juntas y por separado, pero sobre todo es mi amiga.
Los dos poemas son de amor. “Del cielo a la tierra”, de amor maternal por el hijo que no pudo ser. “Necesito”, de amor por un joven con nombre y apellidos, cercano y lejano, soñador y prudente.
Necesito
Oír tu voz, que tus suspiros,
formen parte de los míos,
que tu sonrisa, brinque a mi compás,
que tus recitales suenen de madrugada,
Así como para ti la música
en tus diversos quehaceres,
necesito canciones que me hablen
de tu profundo sentir por mí.
Necesito estar de las veinticuatro horas,
Que dispone un día,
Un minuto, en tu pensamiento,
De tu tiempo libre, dulce y lento.
¡Necesito que estés ahí!,
por si en un arrebato deseo abrazarte,
que este corazón se exprese, sin cohibirse,
así como sucedía antes.
Necesito contarte mil historias,
regalarte mi alegría, pisar fuerte,
dejar mi aroma, cada vez que te asomas,
necesito temblar, sincerarme, emocionarme.
Sobre todo necesito recitarte,
cantarte melodías de antes,
angelitos que suben al cielo,
así como yo, que por ti me elevo.
Necesito que sepas que mi felicidad ,
es bien grande, importante,
con pequeños detalles, que a la tuya,
en algo al menos, pueda igualarse.
Luci
…...…..
Del cielo a la tierra
Mi corazón a ratos tropieza,
y la congoja me consume,
en un útero vacío y seco.
Nace y muere el recuerdo,
de la carita de ángel.
Del cielo a la tierra se desvanecen,
mis ilusiones perdidas en un futuro,
mi corazón, vuela y vuela,
cae en sueños intactos del presente,
dejando mis lágrimas en esa playa.
Aún tengo fuerza para caminar,
metas marcadas por agenciar.
¡Si contara la de veces que la sonrisa,
mi rostro acompaña de madrugada!.
y a escondidas la tristeza me amenza.
Tiene mayoría absoluta bien ganada,
del cielo a la tierra hay un espacio infinito,
para perder el tiempo entre lamentos,
de la tierra al cielo un segundo tan solo,
para que mis alas aterricen, crezcan.
Sin que la congoja me afecte demasiado,
ya que mi señora alegría, está de mi lado,
mi alma exige elevarse a ratos,
y el aura destaca en los ojos de ellos,
los que llenan mi existencia y su lindo trato.
Luci
